Editamos una segunda nota sobre la orinoterapia, también como anticipo a la entrevista que concediera el Dr. Héctor Cohan a PyD en su consultorio de la Ciudad de Córdoba y que publicaremos esta semana
Lo novedoso y polémico de este método y del discurso que lo acompaña hace necesario informar desde las experiencias personales y sus testimonios
Por Mariana Canavesi y Ximena Sinay
Extraído de la revista TXT
Dicen que la Biblia lo recomienda en los Proverbios.
“Todos los inviernos tenía tres gripes, una atrás de otra. Hace cinco años me agarré una con todo, con congestión, temperatura… Estaba destruida. Vivía sola y no tenía nada en la heladera, ni siquiera agua. Como en esos casos hay que tomar mucho líquido, ahí nomás me levanté de la cama, fui a la cocina, agarré una taza de esas grandes de café con leche, oriné adentro. Glu, glu, glu, glu, glu, mientras me decía ‘ésta es el agua de la vida, ésta es el agua de la vida’. A la hora volví a tener ganas de lo que había tomado. Fui al baño de nuevo y después de la segunda toma empecé a tener provechos, como que me volvía. Pero no me causó rechazo ni nada.’Esto es bárbaro, pensé’”. María Virginia Cinalli es arquitecta, tiene 35 años y habla con soltura de su experiencia. Jura que a partir de ese momento no volvió a tener síntomas de la gripe: “Fue casi milagroso. Ahí me convencí .Y desde ese invierno no me enfermé más.
No es la única, ni tomó su pis bajo el efecto de un delirio febril. La orina como terapia se practica mundialmente y tiene una larga historia. En su Guía Práctica de la Terapia Urinaria, el holandés Coen van der Kroon asegura que se encuentran referencias a esta práctica en textos hindúes de hace 5000 años y en las tradiciones budistas y taoístas. También hay quienes sostiene que los lamas tibetanos viven hasta 150 años gracias a la costumbre de tomar su propia orina, y que en el Golfo Pérsico los odontólogos árabes la usaban como antibiótico y analgésico. Tampoco faltan los que aseguran que en los Proverbios bíblicos están los fundamentos de la orinoterapia. Para ejemplos, sostienen, todo está dicho en el proverbio 5:15: “bebe el agua de tu propia cisterna y de los raudales de tu propio pozo”. Pero para los que quieren seguir leyendo hasta el 5:20 “(sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu juventud… ¿Por qué, hijo mío, andarás apasionado por una mujer ajena y abrazarás el seno de una extraña?)” Parece que la Biblia estaba más preocupada por la fidelidad de los creyentes que por lo que se llevaran a la boca.
CIENTIFICOS
Hasta el domingo 4 se celebra la tercera edición de la Conferencia Mundial de Orinoterapia en Belo Horizonte, Brasil. La primera se realizó en Goa, India, en 1996 y la segunda en Alemania, en el 99. Escuchar a los entendidos cuesta U$S 100 y hasta el viernes 25 de abril se habían inscripto unas 600 personas provenientes de 45 países. Desde Argentina viajaron mas de 20, contando médicos especialistas. Entre ellos, Héctor Cohan, un médico kinesiólogo de la Universidad Nacional de Córdoba), con una maestría en Psicoinmunoneuroendocrinología en la Universidad Favaloro, quien hace 20 años se alejó de la medicina tradicional y hace 9 trabaja con la orinoterapia. “Durante una enfermedad -explica Cohan- cambia la composición de la orina y de la sangre, y la orina se convierte en una autovacuna, en un antígeno, en un estimulante de los linfocitos y empieza a generar anticuerpos. Los riñones no tienen la misión de eliminar las sustancias tóxicas del cuerpo. De eso se hacen cargo el hígado, el intestino, la piel y la respiración. La orina es una sustancia estéril, no es un desecho.”
TXT intentó hablar con reconocidos infectólogos y clínicos, pero los expertos prefirieron no comentar el tema. “No quiero opinar. Es descabellado”, dijo uno de ellos. “Es algo desconocido, no hay estudios”, dijo otro.
Reconocen que tomar pis no tiene por qué hacer mal, pero afirman que la orina es la vía metabólica natural para eliminar toxinas.
PALADAR
¿Qué gusto tiene el pis? “Muy salado y muy amargo al mismo tiempo. Es gusto a meo. Es muy parecido al olor. No me llamó la atención: era realmente asqueroso”, recuerda su primera vez Luciana Schnir, cocinera de 31 años. “Si comés mucho dulce y mucha carne, tiene un sabor más fuerte. Si comés más sano, hasta tiene sabor a sopa”, ilustra María Virginia. Actor y productor de medios, Iván probó por primera vez en el ’98, a los 26 años. No fue sencillo: “Tomé un poco mezclado con jugo de naranja, limón y hielo y me dio muchísimas arcadas y nauseas. El segundo día fue más fácil, y a la semana ya era algo muy natural. Ahora tengo un vaso al lado del inodoro y me lo tomo instantáneamente todas las mañanas, caliente, porque si no me da la sensación de que está estancado”. No buscaba recuperarse de ninguna enfermedad, pero para prevenir y en plan de desintoxicación, empezó leyendo un libro sobre el tema y le “cerró perfecto”.
Hacía un mes y medio que Luciana se había puesto un aro en la lengua cuando empezó a sentir molestias en el lado derecho de la cara. El día que no aguantó más, intentó con la orinoterapia. Su experiencia fue más anárquica y menos meditada: “Una amiga me recomendó que tomara meo. Y la verdad, no tenía nada que perder: Era muy temprano, estaba en un barrio que no conocía, no sabía donde había una farmacia… ¡ma’ si!, ¡yo lo hago!, de última, tomo un par de tragos y ya fue… me tomo unos mates”, pensé. Hice de tripas corazón y me metí en el baño, me miré al espejo, me hice un buche, lo escupí, tomé aire y me tomé un par de sorbos. Me cagué de risa, me lavé los dientes y la vida siguió. Al día siguiente me levanté con nada, nada posta, nada de nada”.
DESDE LA PANZA
Durante los 9 meses del embarazo el feto vive gracias al líquido amniótico, compuesto en buena parte por su propio pis. Hay quienes se apoyan en esto para explicar lo ancestral de la orinoterapia. “La naturaleza es sabia y por algo funciona así: todo nuestro cuerpo está formado en un océano de pis”, resume María Virginia.
Los adeptos a esta corriente dicen que el “agua de la vida” se puede beber, usar en enemas y gárgaras, en lavados vaginales y gotas, que se puede inyectar o aplicar en la piel o el pelo a través de masajes. Y hasta llegan a arriesgar que sirve también para curar los más diversos padecimientos: desde verrugas y eczemas hasta cáncer y SIDA.
Mucho antes de que esta terapia se difundiera en occidente, en la pampa argentina ya se había inventado. Ningún jornalero se espantaría si le dijeran que usara su pis para curarse los sabañones. Entre los hombres de mar recomiendan rociar las manos con orina para combatir el ardor provocado por las aguas vivas o erizos que se cuelan en las redes. Y en un caso extremo los marineros repiten un consejo que viene de lejos: si se produce un naufragio, en el bote habrá que beber el pis par ano morir de hambre y sed.
Atención, aunque la mayoría de los que practican esta terapia no dudan de los beneficios de tomar la primera orina de la mañana, el especialista Dr. Héctor Cohan señala que hay que empezar con gotitas en los ojos, la garganta, la nariz, los oídos o debajo de la lengua: “Nunca se recomienda tomar orina antes de los 15 días porque durante esa primera parte se hizo una desintoxicación parcial. Después viene la desintoxicación total. No sirve para nada tomar orina desde el primer día”.
Si bien no hay estadísticas sobre cuánta gente practica la orinoterapia, los organizadores de la Conferencia Mundial dicen que en Japón superan los 15 millones y en Alemania, los 7. En Argentina hay muchos que se suman a los fieles de la orina, incluso se le animan a las cámaras: en 2001 la brasileña Eran Rosa Assunçao fue el testimonio vivo desde el living de Susana Jiménez. Mientras, otros tantos sienten rechazo. “Empecé a usar la orina para el acné. El tema es que, para eso, tenía que dejarla estacionar durante tres o cuatro días y eso hace que tenga un olor muy fuerte. Un día mi marido lo sintió en la cama y no le gustó. Entonces le dije “Ni una palabra más. Se acabó.” De esto hace tres años, pero ahora, cuando me agarra un resfrío, una gripe o un ataque de hígado, Javi sabe que lo hago está totalmente de acuerdo. Lo tomo así, como viene, como la primera vez”.
Para audaces y temerarios es la medicina ideal: una a la que todos pueden tener acceso, sin importar las razas, clases o credos. En cambio, para los escépticos, nunca más acertado: Agua que no has de beber, déjala correr.
¡Salud!
DR. HECTOR COHAN |